Los medicamentos antialérgicos son fármacos diseñados para prevenir, controlar y aliviar las reacciones alérgicas del organismo. Actúan bloqueando o reduciendo la respuesta del sistema inmunitario ante sustancias que identifica erróneamente como amenazas, conocidas como alérgenos. Su mecanismo de acción principal consiste en inhibir la liberación de histamina y otras sustancias mediadoras de la inflamación.
Estos medicamentos son efectivos para tratar diversos tipos de alergias, incluyendo rinitis alérgica estacional, urticaria, dermatitis atópica, conjuntivitis alérgica y reacciones a alimentos o medicamentos. Su importancia radica en proporcionar alivio rápido de síntomas molestos como picor, estornudos, congestión nasal, lagrimeo y erupciones cutáneas.
Es importante distinguir entre antihistamínicos, que bloquean específicamente los receptores de histamina, y otros antialérgicos como los corticosteroides o estabilizadores de mastocitos, que actúan mediante diferentes mecanismos para controlar la respuesta inflamatoria alérgica.
Los antihistamínicos de primera generación se caracterizan por su capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica, lo que provoca efectos sedantes significativos. A pesar de este inconveniente, siguen siendo medicamentos valiosos para ciertas situaciones clínicas específicas.
En España, los principales representantes de este grupo incluyen:
Debido a sus efectos sedantes, están contraindicados en conductores, operadores de maquinaria y personas que requieren alerta mental. Sin embargo, esta característica los hace útiles para tratar alergias que interfieren con el sueño. La posología típica es de 1-2 comprimidos al día, preferiblemente por la noche, aunque siempre debe seguirse la prescripción médica para evitar somnolencia excesiva y otros efectos adversos.
Los antihistamínicos de segunda generación representan un avance significativo en el tratamiento de las alergias, ofreciendo múltiples ventajas sobre sus predecesores de primera generación. Estos medicamentos se caracterizan por su capacidad de bloquear selectivamente los receptores H1 de histamina sin atravesar fácilmente la barrera hematoencefálica, lo que reduce considerablemente los efectos sedantes.
En España, las principales marcas disponibles incluyen:
Estos medicamentos ofrecen una duración de acción prolongada de 24 horas, permitiendo una sola toma diaria. Su menor sedación los convierte en la opción preferida para pacientes que requieren mantener su actividad laboral y social normal, siendo especialmente indicados para el tratamiento de rinitis alérgica estacional y perenne, así como urticaria crónica idiopática.
Los descongestionantes nasales actúan mediante vasoconstricción de los vasos sanguíneos en las mucosas nasales, reduciendo la inflamación y facilitando la respiración. Su mecanismo se basa en la estimulación de receptores alfa-adrenérgicos, proporcionando alivio rápido de la congestión nasal asociada a procesos alérgicos y catarrales.
En el mercado español destacan productos como Rhinomer, Sinomarin y Respimer, cada uno con formulaciones específicas. Es fundamental distinguir entre soluciones salinas isotónicas, que limpian y humidifican sin efectos secundarios, y las medicamentosas que contienen principios activos vasoconstrictores.
Las soluciones salinas pueden utilizarse de forma continuada, mientras que los descongestionantes medicamentosos requieren precauciones especiales. Su uso no debe prolongarse más de 3-5 días consecutivos para evitar el efecto rebote y la rinitis medicamentosa. Se recomienda supervisión médica en pacientes con hipertensión, problemas cardíacos o durante el embarazo.
Los colirios antialérgicos representan una solución efectiva y específica para el tratamiento de la conjuntivitis alérgica, una condición que afecta a millones de personas en España, especialmente durante las estaciones de primavera y verano. Estos medicamentos oftálmicos están formulados para actuar directamente sobre los síntomas oculares como el picor, enrojecimiento, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño en los ojos.
En el mercado español disponemos de diversas opciones terapéuticas de alta calidad. Zaditen (ketotifeno) es un antihistamínico tópico que proporciona alivio rápido y duradero. Opatanol (olopatadina) combina acción antihistamínica y estabilizadora de mastocitos, ofreciendo una protección completa. Alomide (lodoxamida) actúa como estabilizador de mastocitos, siendo especialmente eficaz en tratamientos preventivos y de mantenimiento a largo plazo.
La aplicación correcta es fundamental para obtener los mejores resultados. Se recomienda instilar 1-2 gotas en el saco conjuntival inferior de cada ojo afectado, evitando que el aplicador toque la superficie ocular. La frecuencia habitual es de 2-4 veces al día, aunque puede variar según la prescripción médica y la intensidad de los síntomas. Es importante mantener los ojos cerrados durante unos segundos tras la aplicación para permitir una distribución adecuada del medicamento.
Los usuarios de lentes de contacto deben prestar especial atención a la compatibilidad de los colirios con sus lentillas. Generalmente se recomienda retirar las lentes antes de la aplicación y esperar al menos 15-20 minutos antes de volver a colocarlas. Algunos colirios contienen conservantes que pueden acumularse en las lentes blandas, por lo que en casos de uso prolongado se aconseja consultar con el profesional sanitario sobre alternativas sin conservantes.
Es fundamental buscar asesoramiento profesional cuando los síntomas persisten más de una semana, empeoran progresivamente, o aparecen signos de alarma como dolor ocular intenso, alteraciones en la visión, secreción purulenta o fotofobia severa. También se debe consultar si es la primera vez que se experimentan estos síntomas, para obtener un diagnóstico correcto y descartar otras patologías oculares.
Aunque las interacciones sistémicas con colirios son poco frecuentes debido a su aplicación tópica, es importante informar al farmacéutico sobre todos los medicamentos que se estén utilizando, especialmente otros tratamientos oftálmicos. El uso simultáneo de múltiples colirios requiere espaciar las aplicaciones al menos 5-10 minutos entre cada medicamento para evitar diluciones o interacciones locales.
Durante el embarazo y la lactancia, el uso de colirios antialérgicos debe ser siempre supervisado por un profesional sanitario. Aunque la absorción sistémica es mínima, algunos principios activos pueden estar contraindicados o requerir precauciones especiales. Se priorizan las opciones más seguras y con mayor experiencia de uso en estas poblaciones especiales.
Para potenciar el efecto de los tratamientos antialérgicos, se recomienda implementar medidas ambientales como mantener las ventanas cerradas durante los picos de polinización, utilizar purificadores de aire con filtros HEPA, lavar frecuentemente la ropa de cama con agua caliente, y usar gafas de sol en exteriores para crear una barrera física contra los alérgenos. Las compresas frías sobre los ojos pueden proporcionar alivio adicional del picor y la inflamación.