El reflujo gastroesofágico es una condición común que ocurre cuando el ácido del estómago regresa hacia el esófago, causando irritación e inflamación. Esta dolencia afecta a millones de españoles y puede manifestarse de forma ocasional o crónica.
Los síntomas más frecuentes incluyen ardor en el pecho (pirosis), regurgitación ácida, dolor torácico que puede confundirse con problemas cardíacos, dificultad para tragar y tos seca persistente. Muchos pacientes experimentan empeoramiento de los síntomas tras las comidas o al acostarse.
Es fundamental seguir las indicaciones del prospecto y consultar con el farmacéutico sobre posibles interacciones. Si los síntomas persisten más de dos semanas o aparecen señales de alarma como dificultad para tragar o pérdida de peso, debe consultar inmediatamente con su médico.
La gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica, mientras que las úlceras pépticas son lesiones más profundas que atraviesan toda la pared del estómago o duodeno. Ambas condiciones pueden coexistir y requieren tratamiento específico según su origen y gravedad.
La bacteria Helicobacter pylori es responsable del 60-90% de las úlceras duodenales y 50-70% de las gástricas. El uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), el estrés crónico, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo también contribuyen significativamente al desarrollo de estas patologías.
Los protectores gástricos como Sucralfato y sales de bismuto forman una barrera protectora. Para erradicar H. pylori se requiere terapia triple con antibióticos específicos. Los inhibidores de bomba de protones son fundamentales para cicatrización. El diagnóstico médico mediante endoscopia es esencial para determinar el tratamiento más adecuado.
La diarrea se clasifica en aguda (menos de 14 días) y crónica (más de 4 semanas). Las causas más frecuentes incluyen infecciones virales, bacterianas o parasitarias, intolerancias alimentarias, efectos secundarios de medicamentos y trastornos funcionales intestinales.
Los síntomas asociados incluyen deshidratación, calambres abdominales, náuseas y debilidad general. El tratamiento farmacológico disponible en España incluye:
Las sales de rehidratación oral son fundamentales para prevenir la deshidratación. Se recomienda dieta astringente con arroz, manzana y zanahoria. Consulte urgentemente si presenta fiebre alta, sangre en heces o signos de deshidratación severa.
El estreñimiento afecta al 20% de la población española, especialmente mujeres y personas mayores. Se define como menos de tres deposiciones semanales con dificultad para evacuar. Los factores de riesgo incluyen sedentarismo, dieta pobre en fibra, baja ingesta hídrica y ciertos medicamentos.
En España encontramos diversos tipos de laxantes según su mecanismo de acción:
Es importante usar estos medicamentos según indicaciones, evitando el uso prolongado de estimulantes. Las medidas no farmacológicas incluyen ejercicio regular, aumentar fibra dietética e hidratación adecuada. La prevención mediante hábitos saludables es clave para evitar el estreñimiento crónico.
El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es un trastorno funcional digestivo caracterizado por dolor abdominal recurrente asociado con cambios en los hábitos intestinales. Se clasifica en tres subtipos principales: con predominio de diarrea, estreñimiento o patrón mixto, lo que determina el enfoque terapéutico específico.
Los factores desencadenantes más comunes incluyen el estrés emocional, ciertos alimentos irritantes y cambios hormonales, especialmente en mujeres. El tratamiento sintomático se basa en:
El manejo integral incluye modificaciones dietéticas, especialmente la dieta baja en FODMAPs, junto con técnicas de manejo del estrés para optimizar los resultados terapéuticos.
Las náuseas y vómitos pueden originarse por múltiples causas, siendo las más frecuentes la gastroenteritis viral, efectos secundarios de medicamentos, embarazo y mareo por movimiento. Es fundamental identificar la causa subyacente para seleccionar el tratamiento más apropiado y prevenir complicaciones como deshidratación y desequilibrio electrolítico.
Los medicamentos antieméticos disponibles incluyen:
Las medidas de soporte incluyen hidratación adecuada y reintroducción gradual de alimentos. Se requiere atención médica inmediata ante vómitos persistentes, signos de deshidratación severa, dolor abdominal intenso o presencia de sangre.